LA VIRGEN DEL ROSAL Stephan Lochner
Técnica mixta sobre tabla, 51 × 40 cm, Museo Wallraf-Richartz , Alemania
Un siglo marcado por el descubrimiento de America; ello conllevo a la inestabilidad de la Iglesia Católica, por lo que emprende toda una campaña de tácticas para atraer más fieles. Desde el centro se puede apreciar una gran madona sentada sobre un cojín rojo, rodeada de ángeles y simbolismos; entre estos se encuentran por ejemplo, la manzana que el niño Jesús come; símbolo de la superación del pecado gracias a la muerte de cristo; la cola de pavo real en las alas de los ángeles representa la omnisciencia de dios; cobran gran relevancia las flores;
“hay lirios del valle, violetas, margaritas, aguileñas y fresas”. Pintura naciente de la Iglesia católica. La obra pertenece al Gótico Internacional; sus características son el empleo de las telas, veladura tras veladura, el refinamiento, el empleo del oro, las curvas sinuosas, el mejoramiento de la perspectiva y en ocasiones tiende a ser naturalista. De esta manera el panorama que infiero de la obra es el de la confirmación hacia lo divino, desde la manera como la obra presenta una serie de doctrinas emancipadoras que ofrecen serenidad. También esta la idea de la mujer como madre protectora, que se encarga del cuidado, el hecho es que las mujeres al ver una obra como estas, fácilmente pueden sentirla como un hito.
MAGDALENA PENITENTE, Domenikos Theotokopoulos – 1576 78 Óleo sobre lienzo, 164 x 121 cm, museo de bellas Artes Budapest (Hungría)
En torno a una Europa finalizando la edad media tras el surgimiento prolífico de reformas protestantes que divergían en cuestionar la autoridad del papado, la iglesia Católica menester de fieles para no expirar, emprende su proyecto de la contrarreforma que consistía en renovar la iglesia y evitar el avance de otras doctrinas; se sirve de el Greco para difundir una idea, un paradigma. De esta manera podemos observar a una dama cubierta de una túnica blanca y un abrigo azul celeste, sentada en una roca en medio de un hermoso paisaje natural al momento en que cae un trueno. la obra pretende transmitir un sentimiento de culpa, arrepentimiento frente a un pasado pecaminoso; así lo rebela su busto destapado y su pecho sublime, el mensaje es claro; es posible el arrepentimiento para alcanzar el perdón de dios. Además a su alrededor está el supuesto aceite con el que cubrió a Jesucristo. En sus manos porta el evangelio y un cráneo (quizás un pacto). De la siguiente manera describe la enciclopedia Universal Wikipedia el sentido de la misma:
“la Magdalena penitente era el perfecto vehículo para representar a una pecadora arrepentida. Por lo tanto, se convirtió en una de las imágenes más solicitadas de la Iglesia, que necesitaba crear en su feligresía el sentimiento de culpa y penitencia que la santa representa.”
Podríamos decir que su estilo artístico encuadra en el manierismo; debido a influencia de Miguel Angel, esto se nota por la pincelada rápida y la forma exuberante del cuerpo, que recibe el estilo personal del artista y la posición de los dedos en su mano derecha también es utilizada primero por Miguel Angel.
VIEJA FRIENDO HUEVOS, Diego Velásquez, 1618
Óleo sobre lienzo, 100,5 × 119,5 cm, National gallery of scotland, Reino Unido
La imagen pertenece a una de esas escenas de género nacientes a principios del siglo XVII, se retrata a una mujer anciana que prepara unos huevos en la cacerola que se encuentra al lado de otros objetos como un plato, un cuchillo, tres jarras pequeñas, todas cuidadosamente detalladas, mientras con su otra mano se dispone a partir el tercer huevo, un muchacho espera la comida, los dos se miran, pero no se observan.
El manejo de la luz se da de manera radical, es una constante fluctuación entre luz y sombra, que se forman a parir de una ventana que se encuentra al lado izquierdo de la mujer.
Además hay dos perspectivas desde la vida misma, la juventud y la vejez.
Es un acto cotidiano, de todos los días; la mano derecha de la mujer, mide la profundidad de la cacerola, pero sin tocarla. La mujer parece ciega, pero representa ante todo la fuerza de la experiencia y la sabiduría. Obra perteneciente al Barroco.
No es invisible el tinte un poco machista que propone la imagen; la mujer viste ropas viejas mientras le prepara la comida al muchacho bien vestido.
Alegoría a la fidelidad, y el trabajo doméstico de la mujer.
LA LECHERA, Johannes Vermeer, 1658 60
Óleo sobre lienzo, 44,5 cm × 41 cm, Rijksmuseum Ámnsterdan Países Bajos
Obra perteneciente al barroco; Johannes Vermeer, llamado Joannis Ver Meer. En el siglo de la física también el arte sufriría cambios, una dama detallada, primacía del dibujo, en una habitación desolada, únicamente con un cesto y una lámpara en la parte del fondo. Al parecer la mujer representada allí es una criada; ensimismada en su mundo, no necesita muchas cosas, las acciones simples, forman lo que es ella; sin vergüenza alguna. Esta realiza la labor de servir leche en una jarra, acompañada por unos panecillos, lo suficiente para vivir y para ser. Posiblemente ya servirá el desayuno, y escribo posiblemente porque el cuadro encierra dos término reconocibles fácilmente, la majestuosidad del cuerpo y el aire de misterio de la habitación y el gesto.
LA PEQUEÑA VENDEDORA DE FRUTAS, Bartolomé Esteban Murillo, 1670 75
Óleo sobre lienzo, 149 x 113 cm, Alte pinakothekMúnich
La escena muestra a un par de pequeños infantes vendedores de uvas, que al final del día se encuentran contando las monedas que ya recogieron, se encuentran plenamente felices y sin preocupación. Evidentemente una muestra de las circunstancias de la guerra, la niña pequeña, con rostro de madona se ve sin preocupación a sí misma, acerca de esto Hegel escribió “En la pobreza y semidesnudos de estos muchachos, únicamente brilla, en el interior y exterior la despreocupación y la flema como no la podría tener mejor un derviche, con el pleno sentimiento de su salud y alegría de vivir. Estos muchachos de murillo no tienen ningún otro objetivo ni intereses, no por apatía, sino porque se acuclillan en el suelo satisfechos y contentos como los dioses olímpicos.
LA LECTORA, Jean Honoré Fragonard, 1770 72
National gallery of Washington
En medio del siglo de las luces, la ilustración se abrió paso hacía unos fines que dejaran atrás toda superstición religiosa, la intolerancia, el oscurantismo, etc. En la joven lectora podemos encontrar algo que para el dia de hoy nos parece habitual; una joven leyendo, pues resulta que para el tiempo, esto era lo que se buscaba, la igualdad de la mujer, el derecho a ser educada y su reconocimiento.
Una joven que piensa es la prueba más fehaciente del deseo por no regresar al pasado y conquistar el futuro, al día de hoy la mujer es el arma más poderosa de renovación. En términos generales la obra representa el surgimiento de la mujer, y el deseo por el conocimiento. La educación se propone como un derecho básico al que puedan acceder las mujeres.
EL CERROJO, Jean Honoré Fragonard, 1776 79
Óleo sobre lienzo, 71 × 92 cm, Museo de Louvre, París
Es una escena de género erótica que representa el momento del acto amoroso, una pareja que se lanza fugazmente a poner el cerrojo de la puerta. La habitación solo es iluminada por una pequeña ventana, la cama se encuentra en la sombra, pero es señal de que hacia ella se dirigen, estas escenas de costumbre sirven para relatar lo habitual, y los comportamiento, esto antes era normal, tierno y romántico; hasta el día de hoy no ha cambiado mucho el sentimiento, se marca de manera notable la ropa de ese entonces, junto a las cortinas. Además de instar ciertamente a un tipo de vida más mecánica, en el sentido de que el erotismo es solo un momento entre la vida cotidiana.
LA LIBERTAD GUIANDO AL PUEBLO, Delacroix, 1830
Óleo sobre lienzo, 360 x 325 cm, museo de Louvre, Francía
La obra es el desemboque de un gran número de revoluciones burguesas, esta narra el hecho histórico del 28 de Julio de 1830, que representa una insurrección burguesa; la revolución francesa. Algo sumamente característico del trabajo es que los personajes son de todas las clases sociales; la libertad simboliza la patria, la mujer y el amor.
A través de la unión el pueblo retorna sí mismo, sin distinciones invisibles que lo separen. El personaje de sombrero ubicado a la derecha de la libertad seria el mismo Delacroix, como un soldado de la pintura.
LA LAVANDERA, Honoré Daumier, 1863
Óleo sobre lienzo, 49 × 33,5 cm, Museo de Orsay Francia
En este cuadro, y ya para finalizar con el romanticismo Daumier retrata a la clase humilde y trabajadora parisina, en el siglo de las revoluciones industriales la mujer se muestra agotada, al final de su jornada y subiendo con un niño las escaleras, la mujer es una lavandera fuerte y robusta; esto se interpreta como un elogio a la honradez de la humildad, además pese a que acabo ya su jornada, aún lleva un canasto con ropa debajo su hombro. Terminará siendo una alegoría al trabajo, trabajo que construye familia y sociedad. Al fondo se ven las luces de la ciudad con sus edificios; la urbe moderna se muestra consumiendo el discurrir de la vida.